Los ancestrales rituales, que han tenido lugar en el solsticio
de invierno, van dando su fruto, y el sol ha resurgido con la fuerza que, tan
solo él sabe regalarnos. Nuestros bosques, prados, parques,… se convierten en
una auténtica obra pictórica sutil y embaucadora. Pinceladas amarillas,
blancas, verdes, azules, brotan, por doquier, envolviéndonos en esa
indescriptible magia, de la cual, no lo olvidemos, formamos parte. La
naturaleza, ha tenido a bien, una vez más, realizar su alquimia atávica, regalándonos,
simple y llanamente belleza. Respiremos profundamente los olores del bosque en
este momento de vida. Cantemos, amemos, bailemos, seamos esos seres salvajes
que todos somos, en definitiva vivamos. BIENVENIDA PRIMAVERA
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